Tan poderosa como modesta: los rábanos son una hortaliza que ha pasado por alto durante mucho tiempo a nuestra dieta diaria, pero que esconde un potente tesoro nutricional que puede aportarnos múltiples beneficios para la salud.
Desde un rico contenido en antioxidantes hasta una amplia capacidad para combabir infecciones bacterianas, este ingrediente se merece un lugar en nuestra lista de la compra y nuestra mesa.
Entre las destacables propiedades nutricionales del rábano encontramos la vitamina C, pero también la fibra dietética, el ptasio y otros nutrientes esenciales encapsulados en tan solo 16 kilocalorías por cada 100 gramos.
Su consumo, además de aportar untoque refrescante a nuestros zumos o un punch crujente a nuestras ensaladas, también nos puede ayudar a combatir ciertas enfermedades.
Enfermedades respiratorias
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Comer rábanos es un buen remedio contra la congestión nasal gracias a su capacidad para reducir la mucosidad y descongestionar las vías respiratorias. Se trata de unos aliados naturales contra las enfermedades respiratorias como resfriados o gripes. Además se pueden disfrutar tanto crudos como cocinados.
Enfermedaes hepáticas
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Los rábanos pueden desempeñar un papel importante en la protección de la salud de nuestro hígado: un órgano vital que puede llegar a pasr desapercibido. Según los estudios, el consumo de rábanos puede ayudar a reducir los daños hepáticos causados por agentes tóxicos además de reducir la inflamación.
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Enfermedades cardiovasculares
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Los rábanos son un arma secreta para mantener nuestro corazón sano y fuerte. En concreto, algunas vriedades como el rábano negro se han asociado históricamente con beneficos para la salud cardiovascular, como la reducción de los niveles de lípidos en sangre y la mejora del metabolismo.
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