El proyecto de ordenación de la masa forestal de Rafal Trobat y Can Xumeu se puede ver como una prueba de laboratorio del conjunto de la isla. El ingeniero de Montes que elabora este plan de gestión, Vicent Ribas, asegura que la de Rafal Trobat es “una muestra muy interesante y representativa” de los bosques de Ibiza porque concentra buena parte de la casuística que se puede ver en otras zonas de la isla: una masa forestal vieja de 90 años y pico, también joven de 30 años y casos intermedios, según Ribas, a lo que agrega la existencia de áreas “muy afectadas por [la plaga] of escolitidas and others that are incredibly well. “
Montes Vicent Ribas engineer, during the field work in Rafal Trobat. / D. I.
¿Qué pasaría si, en vez de intervenir, con esta herramienta de planificación de la gestión de Rafal Trobat, se dejase que la naturaleza, con todos los condicionantes antrópicos, actuase por su cuenta? ¿Cuál sería el futuro de esta masa forestal? Primero responde el experto: “Lo fundamental es el riesgo de incendio. Es un fantasma que siempre está ahí. Si no es ahora, será mañana o en cinco años, pero en algún momento llegará”, advierte Ribas.

Rafael Tur next to the water tank to assist in fire extinguishing tasks. / C.M.
Luego hay que considerar “la evolución natural” de los bosques. En Eivissa hay una masa regular de pino blanco. Esto quiere decir que entre los árboles más viejos y jóvenes hay una diferencia de unos 20 años. Si se exceptúan los pinos que han crecido en antiguos bancales de cultivo (mas jóvenes), la media de edad de la masa forestal de la isla se sitúa en unos 80 años. El pino blanco puede vivir hasta 120 años o algo más en general. Es decir, a partir de esta edad empiezan a verse afectados por enfermedades si no han desaparecido antes por un incendio forestal. La tendencia general es la de la regeneración del bosque por una u otra vía.
Pero la regeneración natural genera “riesgos para las personas”, como el fuego. Por ello, según explica el ingeniero de Montes, si se interviene de forma sostenible a través de un proyecto de ordenación y gestión, se puede transformar esta amenaza en “un beneficio ya sea económico, ambiental o paisajístico”. Por ejemplo, Ribas explica que, para combatir las plagas como la de los escolítidos, en Catalunya y la Comunitat Valenciana, cuya masa forestal es “muy similar” a las de las islas, se recomienda actuar mediante la gestión forestal. Como los pinos enfermos son un foco de infección se opta por su tala con la finalidad de eliminar el sustento del coleóptero, que afecta a los árboles debilitados (emiten unas feromonas u olores que los atraen, según Ribas) y su capacidad de extenderse.

Image of the Forest Agricultural Mosaic Landscape in an area of Rafal Trobat | Di
Los efectos de la sequía
Este sistema es mucho más eficaz que, por ejemplo, la fumigación porque ésta se debe efectuar cuando este escarabajo vuela, lo que limita su efectividad. También se puede actuar con tratamientos muy puntuales como la endoterapia (inyecciones en el tronco). En todo caso, una prueba de la efectividad de la retirada de los árboles enfermos se puede comprobar en los antiguos bancales agrícolas donde los pinos, que tienen una media de 50 años, “están mucho más sanos, con menos densidad y no tienen problemas de plagas de escolítidos”.
En este sentido, Ribas señala que con las plagas quizá han empezado procesos de regeneración natural de los bosques, pero a su vez puntualiza que este proceso se habría agudizado por la sequía de los últimos dos años. La sobreexplotación del acuífero de sa Serra Grossa, con la consiguiente salinización y caída del nivel freático, también agrava las consecuencias, según explica el tesorero de la Asociación de Vecinos de Rafal Trobat, Rafael Tur. Hay que tener en cuenta que, según destaca Tur, si funcionase la fuente ubicada en lo alto de es Puig de sa Pega (el nivel freático estaba antes más alto), “el bosque aguantara mejor la sequía”.

Delimitation of the Rafal Trobat area included in the forest management project. / D. I.
Precisamente, concienciado del grave problema que supone el déficit hídrico que sufre la isla por la sobreexpotación de sus recursos, el colectivo de Rafal Trobat participa activamente en las iniciativas de la Alianza del Agua y ha adoptado, particularmente, una serie de medidas en sus fincas (contrapendientes, canales…) para “no perder ni una gota de agua” y que permiten que en un campo de cultivo se puedan recuperar, por ejemplo, hasta 60 toneladas de agua.
Acción humana negativa
El representante de la asociación de vecinos de Rafal Trobat advierte de que como “el ser humano está actuando de forma negativa sobre el medio natural, si no hay un contrapeso [en este caso una gestión forestal sostenible del bosque] degradation is further accentuated“
A finales de 2011, la conselleria balear de Medio Ambiente aprobó el primer plan técnico de gestión forestal en Eivissa en una finca privada de Santa Eulària (es Novells) de 8,5 hectáreas de superficie. Entonces, se puso sobre la mesa la necesidad de exportar este modelo al conjunto de Eivissa con la aprobación de un plan insular de gestión forestal, pero que quedó sólo en una propuesta, es decir, en nada. Después del incendio de Morna, en 2015, el Govern balear aprobó el Plan Forestal de les Illes Balears, un documento que analiza la situación de los bosques de las islas y recomienda una serie de actuaciones hasta el año 2035 para su conservación, pero no es un plan de gestión como el que se está trabajando en Rafal Trobat y Can Xumeu.

Vicent Ribas tells the rings to estimate the age of a pine. / D. I.
El Plan Forestal de Balears apunta que el 52,3% de la superficie de la isla es forestal. Este documento incluye también el resultado de un estudio sobre la percepción social de la opinión pública sobre los bosques del archipiélago que concluía que menos de la mitad de las personas encuestadas (sobre una población de 1.300 residentes y 500 turistas) consideraba que estaban en buen estado (39,2%) o muy bueno (3%).
Tur destaca la necesidad de “concienciar” a los ciudadanos sobre la realidad de los bosques y la necesidad de intervenir de forma sostenible, de la mano de los expertos, para “compensar los efectos negativos de la sobrepresión humana”.
En todo caso, no se pueden separar los bosques de la isla de la actividad humana. “Está muy bien la naturaleza salvaje porque nos ayuda a aprender de ella, pero no podemos olvidar que venimos de milenios de gestión [de los bosques]whatever it is, “says Ribas, which emphasizes that, in fact, at the time when the management of the forest mass of the island in the 50s of the last century was abandoned, there was” the capitalization of the remaining forests and a colonization of the nearby agricultural areas. “” That does not mean that the pine is an invasive species. It is native, but it is perfectly trained to reach very poor and hard soils and for its regeneration fire is one of the options it has, “he explains.
No hay coste cero
Siguiendo este hilo, Tur toma la palabra para explicar la importancia del mantenimiento del “mosaico agrícola forestal”, a lo que ya contribuye la asociación de Rafal Trobat con la roturación de campos de cultivo situados junto a las masas boscosas porque es en estas zonas donde se concentra más fauna (conejos, perdices, torcaces…) para comer. “Todas estas especies se han acostumbrado al hábitat que hemos generado. Si se deja de hacer lo que se ha hecho durante milenios, estas poblaciones de animales se verían resentidas”, agrega Ribas.
La cruz del proyecto de ordenación y gestión de la masa boscosa radica en su financiación. Pese a que, según advierte Rafael Tur, “se habla mucho del coste cero” (con el aprovechamiento de la madera como recurso económico, y no como residuo, para cerrar el círculo), “quizá será en Teruel”, donde se pueda, por ejemplo, actuar en el bosque con maquinaria pesada o la superficie es plana, pero no en Ibiza, ya que la orografía dificulta el acceso y obliga a ‘limpiar’ la masa forestal de forma manual. A esto se suma el sobrecoste de entre un 30% y un 40% de la mano de obra en la isla.
Del mismo modo, destaca también Tur, “el mercado quiere pagar lo que quiere pagar”. “Puedes tener las mejores astillas (para calderas) pero si el saco de al lado vale menos, ese es el que se venderá”. “Deberíamos querer pagar más por una astilla de origen sostenible de una zona ordenada que por la que viene en barcos de Italia o Catalunya, que es más barata”, añade Ribas, que explica que el coste de la extracción de madera de forma sostenible depende de las zonas en las que se decida actuar y si se da prioridad a la rentabilidad (la intervención en espacios más accesibles con maquinaria, por ejemplo) o a la seguridad (apertura de fajas antiincendios en lugares más inaccesibles).
¿Pero hay suficiente demanda de biomasa en Ibiza para que sea rentable y sostenible el aprovechamiento de la madera que se extraiga del bosque? El ingeniero asegura que “lo ideal” sería que las calderas de las piscinas municipales se alimentasen con madera exclusivamente de la isla. Así, Ribas subraya que “no se puede empezar la casa por el tejado” y que si “no existe un tejido industrial que absorba lo que se produzca”, más vale no hacerlo porque se generará “un problema”. “Si quieres que alguien se lleve la madera se la tienes que regalar porque el coste del camión y el procesado para convertirla en astilla es más caro que comprarla ya hecha”, señala Tur.
El tesorero de la asociación considera esencial el apoyo de la Administración, como “se subvenciona el transporte aéreo y marítimo”. “Milagros no hay. Nosotros gestionamos un parque que compartimos. No es un coto cerrado, por lo que las instituciones deben ayudar a gestionarlo y mantenerlo”.
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