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Marcus Thuram, the Barça Escola boy who signed the heel that Montjuïc silenced in just 30 seconds

Ni 10 años tenía cuando vivía en el Barça. Vistió incluso este imponente delantero francés nacido en Parma -allí estaba su padre Liliam- la camiseta azulgrana durante dos temporadas. Era la zamarra de la Barça Escola la que lució Marcus Thuram, autor de un soberbio taconazo que silenció Montjuïc no hace ni una semana.

Autor, además, del gol más rápido en una semifinal de la porque apenas habían transcurrido 30 segundos desde que la pelota transitaba por el césped de la montaña olímpica. Se resbaló Iñigo Martínez, mientras Pau Cubarsí no llegaba a tiempo de interceptar el pase desde la banda derecha de Dumfries, prólogo de un gol monumental. Un taconazo exquisito para abatir a Szczesny y convertirse en motivo de orgullo paterno la noche en que se consagró Lamine Yamal.

Dumfries anticipates Olmo to score the third goal of Inter. / JORDI COTRINA / EPC

“Él siempre me pide más”, recordó Marcus aún en , consciente de que ese gol no le bastaba para convencer a uno de los defensas más elegantes que ha producido Francia, campeón del mundo en 1998, quien llegó al Camp Nou con todo más que hecho después de firmar una excelente carrera en el Mónaco, continuada luego en el Parma -allí nació Marcus- de Cannavaro, Buffon, Hernán Crespo y Asprilla, entre otros, antes de alcanzar en la Juventus la plenitud futbolística.

Un ‘nueve’ grande

El padre era lateral derecho moderno, anticipado a su tiempo, dueño de una exquisita clase unido a una potencia física impecable que le hacía cabalgar con autoridad por la banda. El hijo es delantero centro.

Es un ‘nueve’ grande (mide 1.92 m), dotado, al mismo tiempo, de delicadeza -basta ver el 0-1 del Inter al Barça el miércoles pasado-, que ha mezclado de maravilla con Lautaro Martínez, la estrella del Inter. Sin el francés, el delantero argentino se ha sentido huérfano en esas tres derrotas consecutivas que le han dejado sin Copa de Italia y, tal vez, hasta sin ‘scudetto’ porque el Inter se ha desplomado. 

Marcus Thuram, in Montjuïc Barça-Inter (3-3) of the leg of the Champions League. / @Inter

Volvió Marcus Thuram en Barcelona, Lautaro sonreía y el equipo de Flick supo lo complicado que resulta frenar a un delantero tan potente, que intimida a los centrales, capaz como es de ganar la mayoría de los balones áereos. Le saca 10 centímetros a Iñigo Martínez (el vasco mide 1.82) y ocho a Pau Cubarsí, lo que provocó que los azulgranas sufrieran el castigo de las acciones a balón parado.

Dos de los tres goles, los de Dumfries, llegaron tras un saque de esquina. Y el único que vino por vía terrestre fue el de Marcus Thuram, tipo listo, que se movió con la belleza de un bailarín cuando se inventó ese taconazo. “Jugamos muy bien, quizá encajamos algunos goles evitables”, dijo después del 3-3 el delantero del Inter, quien tuvo más tiempo del previo (fue sustituido en el minuto 81) debido a la lesión de Lautaro.

Marcus Thuram celebrates his goal, the 0-1 of Inter al Barça in the first leg of the Champions Semifinals in Montjuïc. / @Inter

Se marchó de Montjuïc con un balance impecable: dos tiros, uno a puerta, un gol, con poco peso, eso sí, en el juego colectivo (apenas tocó 29 veces la pelota) porque él representa el punto y final de la obra ofensiva de Simone Inzaghi. Se marchó Marcus Thuram esperanzado con abrir la puerta de la final de Múnich, pero con un recuerdo que le persigue desde hace unos días.

Impresionado con Lamine Yamal

“¿Lamine Yamal? ¡Un gran jugador! Me impresionó”, confesó el delantero francés, quien viajó por toda Europa (empezó en su país con el Sochaux y luego se fue al Guimgamp) antes de hacerse un nombre en el Borussia Mönchengladbach dónde se ganó hace dos años el fichaje por el Inter.

Llegó libre, a coste cero. Con la carta de libertad para ser el nuevo Lukaku e Inzaghi le ha otorgado el paisaje ideal para ser tan importante como Lautaro. El argentino lleva 21 goles y seis asistencias en 47 partidos; el francés suma 18 tantos y nueve pases de gol. 

La dinastía Thuram

Es Marcus Thuram un delantero que vale por dos. No solo por lo que hace por sí mismo sino porque sus movimientos hacen mucho más peligroso a Lautaro.

Lilian, el padre, debe repartir su mirada futbolística entre Milán (ahí juega Marcus, el poderoso delantero del Inter) y Turín donde brilla Khéphren, un interesante medio centro de 24 años, en la Juventus.

Los Thuram, una dinastía de futbolistas a la que solo le faltaría un portero para rellenar todas las posiciones del campo. Defensa era el padre, delantero es el hermano mayor, centrocampista es el pequeño.

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