El presidente ruso Vladímir Putin ha recibido este jueves a su homólogo chino Xi Jinping con grandes expectativas. En un contexto en el que un buen número de países han dado la espalda a Moscú debido a la guerra en Ucrania, el apoyo de un gigante como el asiático reviste gran importancia para Moscú. En el salón de la Orden de Santa Catalina, dentro del Palacio del Kremlin, el líder asiático ha reafirmado sin ambages su apoyo a Moscú. “Hoy, frente a las tendencias negativas, las acciones unilaterales y los dictados enérgicos en el mundo, China está dispuesta a asumir conjuntamente una responsabilidad especial con Rusia” ha aseverado el mandatario.
Su anfitrión, por su parte, ha agradecido el apoyo de Pekín y ha afirmado que visitará el gigante asiático con placer para conmemorar la derrota del Japón imperialista en 1945. El exagente del Kremlin ha declarado que junto con China, Rusia defenderá “firmemente la verdad histórica”. “Protegemos la memoria de los acontecimientos de los años de guerra y contrarrestamos las manifestaciones modernas del neonazismo y el militarismo”, ha espetado. Las relaciones entre ambas potencias no siempre fueron buenas, pero en la actualidad, su adversión a Occidente les une. Jinping ha explicado que “durante los últimos 80 años, las relaciones chino-rusas han superado difíciles pruebas, y nuestra amistad, forjada en la sangre y templada en el fuego, se ha transmitido de generación en generación”.
Desde que empezó la guerra, China ha mantenido e incluso ha aumentado el comercio con Rusia, aunque ha sido menos directo de lo que le gustaría al Kremlin. Por ejemplo, no reconoció la anexión de las regiones ucranianas en 2022, algo que sí hicieron países como Corea del Norte. Está previsto que ambos líderes hablen de temas como la cooperación internacional, el comercio bilateral, el gaseoducto Fuerza de Siberia 2, entre otros temas candentes de la agenda bilateral. Al final de su encuentro, firmarán declaraciones conjuntas y se dirigirán a la prensa.
Drones durante el día de la Victoria
El líder ruso ha aprovechado la gran efeméride del 9 de mayo, el 80º aniversario de la victoria soviética contra la Alemania nazi, para demostrar que cuenta con apoyos y líderes afines con los que reunirse. Al menos 29 de ellos, la mayoría de ellos autócratas, se reunieron o se reunirán con Putin estos días. Además del líder chino, también se reunió con los mandatarios de Venezuela, Cuba, Mongolia y la República del Congo. También está previsto que asistan al evento los líderes de Serbia y Brasil, entre otros. Robert Fico, el presidente eslovaco, tiene intención de asistir, pero debido a la prohibición de Estonia de usar su espacio aéreo, no ha podido llegar.
Este mismo jueves, entra en vigor el alto al fuego que anunció Putin el pasado 28 de abril para los días previos y posteriores al día de la Victoria. Sin embargo, una marea de drones ucranianos han surcado los cielos rusos, obligando a las compañías aéreas rusas a suspender muchos de sus vuelos por precaución, algo que colapsó los aeropuertos de Moscú y de numerosas ciudades de la parte europea de Rusia. Según el Ministerio de Transporte, este jueves por la tarde se restablecerá el tráfico aéreo. Las autoridades rusas, que no quieren que nada arruine el día más importante del calendario ruso, ya han preparado un exhaustivo dispositivo de seguridad en la capital del país. Además de la vigilancia de numerosos agentes de las fuerzas de seguridad, durante la duración del desfile no funcionarán ni las llamadas ni el internet móvil en Moscú.
Aunque ya existen disruptores de señal en algunas zonas céntricas de la capital para evitar ataques con drones, que provocan que los taxistas se pierdan por problemas de geolocalización de los GPS, la ciudad se fortificó, tanto en el plano físico como en el digital para que nada arruine la gran ocasión.
Related news :