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Germany Economy Plan | Germany and the rebirth of Europe, finally a relevant impact positive economic

Germany Economy Plan | Germany and the rebirth of Europe, finally a relevant impact positive economic
Germany Economy Plan | Germany and the rebirth of Europe, finally a relevant impact positive economic

The leader of the CDU, Friedrich Merz, the Congress of this Monday to ratify the agreement with the SPD. / HANNIBAL HANSCHKE / EFE

Las poblaciones llevamos un cuarto de siglo en el que los sobresaltos geopolíticos y económicos han sido frecuentes, significativos y mayormente negativos. Nos hemos acostumbrado a poner la coletilla “el peor evento de las últimas décadas” a numerosos acontecimientos. 

Iniciamos el siglo XXI con una sonada crisis en los mercados financieros tras unos años de exuberancia especulativa asociada a internet. La mayor caída bursátil en 30 años. Posteriormente, tras unos años de crecimiento elevado, empujado por los Estados Unidos, su burbuja inmobiliaria y endeudamiento privado, el mundo experimentó en 2009 una enorme crisis financiera y económica, la Gran Recesión. Fue el mayor derrumbe del producto interior bruto (PIB) de los últimos 80 años. Más adelante, en torno a 2012, en Europa vivimos un peligroso empeoramiento de los tipos de interés de los bonos soberanos, el más profundo de las últimas décadas. Después, en 2020 experimentamos la mayor pandemia de los últimos cien años. Solo dos años después, en 2022, la invasión de Ucrania por parte de Rusia, una vez más, nos obligó a poner la coletilla”«el peor conflicto bélico de los últimos 77 años”. 

Semanas como décadas

Por fin, llegamos a 2025. Vivimos en tiempos en los que puede aplicarse el dicho: “Existen décadas en las que no sucede nada… y semanas en las que suceden décadas”. Estamos en el segundo caso. De inicio, no es descartable que Estados Unidos termine fijando unos aranceles con una intensidad no observada en prácticamente cien años. 

Otro cambio tectónico es la teórica retirada de la protección militar estadounidense hacia Europa, por lo menos la enunciada de momento. De nuevo, este hecho nos retrotrae a la situación imperante muchas décadas atrás. Al implicar un mayor riesgo existencial europeo, teniendo en cuenta que otros países como Rusia y China no han dejado de rearmarse, el impacto de este evento transformador no es positivo precisamente. 

En conclusión, puestos en perspectiva, la lista de acontecimientos negativos geopolíticos y económicos, muchos inesperados, acaecidos en el último cuarto de siglo, es amplia. Pero terminaré con un significativo optimismo realista. Alemania es el motor de Europa. Lleva años estancada, aun cuando muestra un elevado déficit de infraestructuras, que podría mitigar invirtiendo adecuadamente, y un manejable nivel de deuda pública, que le otorga capacidad de financiación. Sin embargo, la férrea disciplina alemana obligaba al Gobierno a no superar un nivel muy reducido de déficit público estructural (el denominado freno a la deuda). De ahí que el país no utilizara adecuadamente la política económica, diseñada conceptualmente para acelerar el crecimiento cuando el sector privado no lo hace. 

Pues bien, recientemente, Alemania ha tocado una tecla realmente transformadora positivamente para el país y por contagio, el resto de Europa. El Gobierno ha aprobado eliminar el antes descrito freno de la deuda para poder aprobar un ambicioso plan de inversión en infraestructuras, a razón de más del 1% medio anual del PIB para la próxima década. Esto implica más que doblar el crecimiento que se esperaba en Alemania para los próximos 10 años. La mayor inversión en infraestructuras aumentará la productividad del país, el aumento del endeudamiento será manejable por contar con niveles reducidos y, además, dependerá menos de exportar a Estados Unidos para crecer. Adicionalmente, al ponderar Alemania un 25% del PIB europeo, Europa también se beneficiará en parte

Salto en el crecimiento

Es cierto que la incertidumbre arancelaria debilitará parcialmente a la economía europea a corto plazo, pero también lo es que, estructuralmente, Europa puede dar un salto en su crecimiento si aprovecha la ocasión

Por un lado, unos Estados Unidos con Donald Trump de presidente están perdiendo una fiabilidad institucional que será muy difícil de reconstruir por mucho tiempo. Por otro lado, Europa puede aprovechar palancas diferenciales de crecimiento diversas: la inversión alemana en infraestructuras y la general en defensa, y la mejora de productividad afecta a una potencial mayor desregulación, fomento de la innovación e impulso a la financiación (con medidas como la Unión del Mercado de Capitales). Si unimos el factor fiabilidad por una mayor seguridad jurídica y estabilidad política, no es descartable que un flujo importante de inversiones hoy destinadas a Estados Unidos termine redirigiéndose a Europa. Podríamos estar al inicio del renacer de Europa.

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