Privacy Policy Banner

We use cookies to improve your experience. By continuing, you agree to our Privacy Policy.

Journey to the Martín-Santos Spanish Theater Limit

Soy exasperante y violento. Grito todo el día. Mortifico a los que me rodean. Soy caprichoso, insolente. Lo dice un hombre postrado en una silla de ruedas, un tipo que confesará a su hijo que no cree en él, que acusará a su mujer de haberse casado con él por su dinero y maldecirá a gritos a todos los que habitan esa casa, incluida la criada, por no decirle las mentiras que quiere oír. Y en ese infierno en formato familia burguesa que tendrá lugar en un chalet a las afueras, aparecerá un hombre, un intruso, un oportunista dispuesto a desplumar a ese hombre, una estafa que desvelará esas otras que nutren los vínculos que les unen.

En escena, un universo años 50 con sofá, mueble bar, tocadiscos, un piano que escucharemos pero solo veremos al final y un salón que podría ser el de la Casa Carvajal, aquella maravilla brutalista que construyó en Pozuelo a finales de los 60 el arquitecto Javier Carvajal. En ese espacio transcurre Viaje hasta el límite, una obra inédita de Luis Martín-Santos que adapta y dirige Eduardo Vasco con Lara Grube, Ernesto Arias, Agus Ruiz, Eva Trancón, Luis Espacio e Iván López-Ortega en el reparto, con vestuario de Lorenzo Caprile, escenografía de Carolina González, luces de Gonzalo Camacho y diseño de espacio sonoro del propio Vasco, director del Teatro Español, donde se estrena la pieza este sábado 3 de mayo.

Luis Martín-Santos (1924-1964), escritor, neuropsiquiatra y militante antifranquista, perdió la vida en enero de 1964 en un accidente de coche cerca de Vitoria. Dos años antes había publicado Tiempo de silencio en la editorial Seix Barral, que a su muerte difundió una nota en la que hablaba de la abundante obra inédita que dejaba el autor, compuesta por “novelas, relatos y estudios científicos, entre los que destaca una novela enormemente ambiciosa en la que trabajaba desde hace años y que está probablemente inacabada”. Esa novela, Tiempo de destrucción, editada por José Carlos Mainer, se publicó en 1975, pero apenas se sabía de la existencia del teatro de Martín-Santos, que apareció durante la pandemia en las cajas de papeles que conservaron sus hijos, Rocío y Luis Martín-Santos Laffón y que revisaron entonces, de cara a la preparación de los actos del centenario de la muerte de su padre. En 2024, Galaxia Gutenberg comenzó la edición de sus obras completas bajo la dirección del catedrático de literatura en la Universidad Pompeu Fabra Domingo Ródenas y el sello publicó su narrativa breve, sus novelas inéditas El vientre hinchado y El saco, su obra Libertad, temporalidad y transferencia en el psicoanálisis existencial y un cuarto volumen, el pasado abril, con seis obras de teatro inéditas, entre ellas Viaje hasta el límite, fechada en 1953.

Luis Martín-Santos. / ARCHIVO

“No había ninguna constancia de que hubiera teatro y tras la publicación de Tiempo de destrucción, el único de sus amigos que habla de otros inéditos es Enrique Múgica, que dice que Martín-Santos había escrito una obra de teatro sobre Lope de Aguirre, pero no se sabe dónde está”, explica a este diario Fernando Doménech, editor y autor del prólogo del volumen, que confiesa una segunda sorpresa tras leer los textos dramáticos de Martín-Santos: “Teniendo constancia de que muchos buenos novelistas no son buenos dramaturgos, la segunda sorpresa fue saber que Martín-Santos sí lo era”.

El autor firmará Viaje hasta el límite con 29 años. “Es joven, pero está ya en su primera madurez y escribe un texto muy influenciado por la obra de Eugene O’Neill, pero también estoy absolutamente seguro de que Martín-Santos había leído A puerta cerrada y esta idea de Sartre de que ‘el infierno son los demás’ refleja muy bien el ambiente que se respira en la casa de Pedro y Gloria, esa familia en la que se destrozan unos a otros y que en absoluto es la buena familia cristiana que quería el franquismo”, dice Doménech.

Luis Espacio y Ernesto Arias, en un momento de la obra.

Luis Espacio and Ernesto Arias, at a of the . / Javier Naval

“Él plantea una visión muy ácida de una familia que se sustenta por el poder del dinero. Pedro es una especie de pequeño dios que quiere controlarlo absolutamente todo, quiere controlar incluso la estafa que le están haciendo, es un hombre de una soberbia verdaderamente increíble”, explica el editor, que apunta que, tal vez, hoy podríamos pensar que esa casa de ambiente tóxico y asfixiante es la metáfora que usó Martín-Santos para hablar de la dictadura, “pero no creo que sea una obra directamente contra el franquismo, sino contra aspectos centrales de la ideología del nacionalcatolicismo”. Eduardo Vasco, director del montaje, añade que Viaje hasta el límite estará atravesada “por el desasosiego existencial de alguien que no sabe cuál es su sitio en el mundo y por esa idea de la familia como una jaula en la que no podemos estar bien, pero tampoco podemos estar sin ella”.

Relaciones de poder y maltrato

Martín-Santos dibujará en su obra una crítica explícita a ese ideal de familia católica de la que provenía él mismo, y sumará, además, una sutil radiografía de la lucha de clases: Pedro (Ernesto Arias), el patriarca iracundo, controlador y tirano, será un empresario forrado de pasta. Su hijo Alberto (Luis Espacio), un joven sin oficio ni beneficio obsesionado con el dinero fácil. Gloria (Lara Grube), la mujer de Pedro, una joven sin recursos que se casará con él para no tener que pasarse la vida detrás de un mostrador, una dama elegante y triste con perlas al cuello y vestidos de inspiración Balenciaga, que se moverá con ellos como si fueran prestados.

Pero en el fondo, Viaje hasta el límite será un retrato preciso y afilado de la violencia de género, una obra sobre el maltrato psicológico y las relaciones de poder que Martín-Santos convertirá en una especie de Rey Lear, con ese hombre que se dará cuenta del engaño desde el primer minuto, que terminará enloquecido y bajo la lluvia después de desprenderse de todo su dinero para entregárselo a quien menos le quiere, ese intruso (Agus Ruiz) que proclamará que en la vida “lo de menos son las ideas porque lo interesante es la oportunidad”. Un oportunista que nos recordará a esos comisionistas tan habituales en la fauna empresarial actual, que propondrá a Gloria una vida mejor repleta de amor, pasión y billetes, pero cuando ella, que por un momento soñará con la libertad y participará en la estafa, tenga dudas, la empujará, la agarrará del pelo y la tirará al suelo. ¿Y qué hará Gloria entonces? Se levantará, se enfrentará a ese hombre y decidirá quedarse con su marido porque más vale maltrato conocido que maltratador por conocer.

Agus Ruiz, 'el intruso', y Lara Grube, que da vida a Gloria.

Agus Ruiz, ‘The Intruder’, and Lara Grube, who gives life to Gloria. / Javier Naval

“Ahí está la idea del miedo a la libertad y eso es fundamental en el personaje de Gloria porque en ella está ese deseo de escapar pero, cuando se abren las puertas, es incapaz de salir. Cuando tiene todo para salir de esa situación asfixiante resulta que no sabe qué hacer”, explica Fernando Doménech, que recuerda que cuando Martín-Santos escribe esta obra Eric Fromm había escrito ya El miedo a la libertad “y esto es lo que triunfa en el caso de Gloria, que termina quedándose en esa relación destructiva porque eso, por lo menos, es seguro. Pero es que todavía hoy nos preguntamos por qué las mujeres que son maltratadas no escapan de su maltratador, que es lo mismo que le pasa a ella”.

Un viaje al trampantojo

Eduardo Vasco sostiene que el personaje de Gloria es mucho más complejo que el que interpreta Ernesto Arias, que también, pero “el suyo es un dilema desesperado porque uno se va a cansar de ella en cuatro días y la va a tirar como a una colilla, pero sabe que si se queda con el otro, su marido, seguirá maltratándola como siempre. Lo que me gusta es que Martín-Santos no es condescendiente y escribe con toda la crudeza esa deriva psicológica de Gloria que me parece fascinante, cómo ella se debate entre sobrevivir aquí o sobrevivir allí, es un debate sobre la supervivencia. ¿Has visto Mad Men? Ahí aparece la mujer del publicista, un tipo de mujer prototípica, tan de una pieza y, sin embargo, dentro hay algo que no es posible domarlo, que está ahí y sale, como ese momento en que se quita los tacones porque ya no quiere ser una mujer maniquí”.

“Cuando lees el texto de Martín-Santos te das cuenta de que él hace un viaje de lo convencional a algo un poco más abstracto, que tiene que ver seguramente con ese trasunto del Rey Lear que es tan evidente —explica Vasco— y nosotros, en escena, hacemos un viaje hacia el trampantojo. Empezamos con un drama burgués al uso y acabamos con la escenografía dada vuelta, los personajes completamente desbaratados y aparece a la vista ese piano que había estado escondido durante toda la obra. Comenzamos en la convención y acabamos en el truco, que es un poco donde él acaba también, con un punto metateatral y pirandelliano, porque al final Martín-Santos desmonta la función y la convierte en algo completamente loco, con todos los personajes en un sitio que ya no sabes ni cuál es”.

Condenada belleza del mundo

Viaje hasta el límite no es la única obra de Martín-Santos que acogerá el Teatro Español. El próximo 15 de mayo, en su Salón de los balcones, Luis Sorolla y Miguel Valentín llevarán a escena , el último cuento que escribió el autor, un relato sobre el rodaje en 1963, en un pueblo de la Costa del Sol, de la película El próximo otoño, de su amigo Antón Eceiza, en torno a la historia de un joven trabajador andaluz que vive con vergüenza su torpe romance con una joven turista francesa.

El volumen de las obras completas de Martín-Santos que contiene 'Condenada belleza del mundo'.

The volume of Martín-Santos’s complete works that contains ‘condemned beauty of the ’. / Cedida

Miguel Valentín, coautor y codirector junto a Luis Sorolla de esta obra que también interpretan ambos, avanza a este diario que en la pieza habrá cámara en directo, objetos, narración y participación del público, “con un aire al trabajo de Tim Crouch o aquella obra de la compañía británica Forced Entertainment, Table Top Shakespeare, con gente contando las obras de Shakespeare con objetos cotidianos colocados sobre una mesa”.

Explica Valentín que el relato de Martín-Santos les llegó como un encargo y les encantó el proyecto: “Nos pareció que había muchas cosas latentes, concretamente dos que nos interesaban mucho y que son los ejes de la función: por un lado, esta idea de la represión sexual en la España de la época y la influencia de gente que viene a rodar una película, una especie de élite intelectual que, en el fondo, también están bastante reprimidos; y por otro lado, incidimos en la idea de la turistificación y la gentrificación de los pueblos porque Martín-Santos habla en su cuento del romance entre un muchacho español y una turista francesa, pero también de cómo el equipo de la película transforma el pueblo cuando llega allí para rodar. Nosotros vamos usando en la pieza todo un universo de objetos que señalan esa especie de mercantilización, esa venta del pueblo, por así decir, al turismo”.

-

-
PREV XAG/USD stabilizes about $ 32.00 as the demand for safe refuge increases
NEXT ‘Canelo’ is (again) undisputed champion in the 168 pounds after beating Scull – El Financiero